Buenos Aires es una ciudad multicultural y una de sus grandes joyas son sus rincones gastronómicos de lujo. Hay diversidad, calidad y conceptos únicos. En un espacio con tantas propuestas, a menudo resulta difícil encontrar una que realmente sorprenda y aporte algo diferente. Pero Rashomon lo ha conseguido. Se trata de un restaurante japonés con carta y menú omakase (término que se refiere a una experiencia culinaria en la que el comensal se deja guiar por las sugerencias del chef).
Un nombre sugerente para una experiencia memorable
El nombre del establecimiento ya nos revela la plenitud de la experiencia que vamos a vivir. Rashomon es el nombre de la película de Akira Kurosawa, considerada una auténtica obra maestra del cine. La trama versa sobre un crimen contado desde diferentes ángulos, mostrando cómo cada testigo tiene una versión diferente de la historia. Este relato ha marcado los ámbitos de la literatura, cine y otras artes que exploran la complejidad de llegar a una verdad unificada. Hablamos del llamado “efecto Rashomon".



Les film no solo está presente en el concepto (ya que cada comensal tiene su propia percepción de su visita), sino también de forma física en el establecimiento. Lo primero que ve el visitante al traspasar la puerta de Adolfo Bioy Casares 2009 es un poster de la película de los años ‘50. El resto de la escena se vive entre bocados japoneses, un ambiente minimalista y detalles de lujo. Los arquitectos Andrés Litwak y Ayelén Mayer de LTWK Studio siguieron una línea nipona, que se siente en cada rincón, con matices contemporáneos.
Para que la experiencia fuera más armónica, utilizaron madera de kiri en pisos, paredes y techos. Rashomon envuelve al visitante en un clima intimista, con pocas mesas y una barra de granito verde marinace. En cuanto a la iluminación, es cálida y tranquila.
Carta de Rashomon, el mejor restaurante japonés de Buenos Aires
Federico Jorge, autodidacta y amante de la cultura japonesa con años de experiencia en la cocina nipona, es el “detrás de escena” de Rashomon. Su propósito es ofrecerle al comensal platos de calidad basados en ingredientes frescos. Por eso, su producto estrella es el menú omakase, que literalmente significa “lo dejo en tus manos”. Es un pacto entre el comensal y el chef. El comensal confía en que el cocinero “sabe lo que hace” y este le pone en la mesa lo mejor del día. Lo más fresco, lo más rico y lo mejor presentado. ¿Resultado? Efecto Rashomon en estado puro.



Hay dos menús omakase. El omakase 16 compuesto por sopa miso con almejas, sashimis, nigiris, temaki y castella tamago. Por otro lado, está el omakase 23, con chawanmushi, otra, sopa miso con almejas, sashimis, nigiris, temaki y castella tamago. Un aspecto que nos sorprendió gratamente fue la variedad de pescado que tienen sus piezas: salmón, langostinos, lenguado, trucha, chernia… Manjares que estaríamos dispuestos a probar una y otra vez.



Quienes prefieran ir a lo seguro también pueden optar por la carta de mediodía y noche con una multitud de sashimis, temaki, nigiris, gunkan y platos calientes (destacan su pulpito yakitori y udon) a gusto. La sección de entradas tiene bocados tentadores como chawanmushi y dofu nitsume y la de los postres delicias como namakuri, cheesecake japonés y mousse de miso.
Solo te permiten comer con palillos (algunos con ayuda), por lo que la experiencia es inmersiva y completamente nipona. Es el rincón perfecto para perderse en el alma de Recoleta. Cocina japonesa de primer nivel con cocina abierta. Sabores que elevan el alma y te hacen querer más.
Bar oculto en el subsuelo
Oculta en el subsuelo, brilla su propuesta líquida en un bar íntimo revestido en madera oscura, inspirado en los bares de whisky de Tokio. Il a bebidas de autor preparadas a base de whiskys y sakes japoneses.
Un clásico del cine universal inspiró a un chef que quería hacer algo grandioso en Buenos Aires. Persiguiendo la consecución de un sueño, ha materializado un rincón exclusivo en Recoleta, donde la calidad, el lujo y el glamour se funden en un abrazo eterno.



Rashomon es sabor, pero también es cultura. Una forma de cultura que no se siente mirando cuadros en un museo u observando esculturales. Se siente al cerrar los ojos, escuchar la música japonesa y perderse en una degustación de altura.
Horario: Lunes a sábados de 12:30 a 16hs y de 19:30 a 00hs.
Adresse : Adolfo Bioy Casares 2009, Buenos Aires, Argentine 1129.
Toutes les images publiées dans cet article correspondent à l'établissement cité. Nous les avons extraites de leur site officiel ou de leurs réseaux sociaux.







