El mundo de la gastronomía de lujo está cargado de propuestas increíbles. En España, Milán, Francia… A veces pareciera que para probar un producto de alta calidad tenemos que tomar un avión sin escalas hacia el lugar más lejano. Porque estamos cansados de ver lo mismo. Nuestro paladar nos pide algo distinto. Algo auténtico. Sin embargo, Argentine tiene rincones estratégicos que nos recuerdan que no hace falta irse tan lejos para disfrutar de platos a la altura de los mejores restaurantes de Europa, Asia o Estados Unidos. Bajo este marco, Casa Mandinga, un restaurante-parilla de Mar del Plata, tiene muchísimo que decir.

Mar del Plata lleva años abrazando a turistas nacionales e internacionales y residentes con deseos de disfrutar del paraíso que representan sus playas. Antes “La Feliz” era un destino de verano, pero hace un tiempo que sus gastronómicos y hoteleros están esforzándose porque eso cambie. Mar del Plata es un destino que brilla durante todo el año. Por sus luces, por sus vistas y por unos sabores que ya quisieran degustar los grandes críticos extranjeros. Entre los meilleurs restaurants à Mar del Plata, destaca Casa Mandinga, porque más allá de una carta que consigue que se nos haga la boca agua recrea un ambiente selecto, íntimo y exclusivo.
Casa Mandinga, un restaurante de carnes (y de historia)
Lo inconfundible de Casa Mandinga es la historia que la acompaña. Es un restaurante de carnes situado en una impresionante casona construida en 1931, en el barrio residencial de Stella Maris, sobre la calle Carlos Pellegrini 2699. Alberto Gainza Paz, tercer director del diario La Prensa y nieto de su fundador, José C. Paz, fue su primer dueño durante el auge de la construcción pintoresquista. Se construyó como una mansión señorial de estilo neoclásico y, durante décadas, se utilizó como la casa de verano de esta familia aristocrática.
El espacio conserva su esencia original, dado que es un patrimonio histórico en el que no se pueden hacer grandes modificaciones. Este matiz hace que todo lo que sucede tenga matices millésime que son el condimento ideal. Además, comparte espacio con otros dos rincones gastronómicos de altura en la distinguida Villa Gainza Paz (Rosso y Coco Café).
Se sitúa frente a Torre de Manantiales y está a pocas cuadras del mar, por lo que representa un respiro elegante de la parte urbana de “La Feliz”. Caminando algunas cuadras, encontrás un paseo de artesanos en el que “sumergirse” después de una rica comida. El paraíso para los turistas que quieren llevarse un recuerdo único de Mar del Plata.
Un concepto claro: sorprender
Joaquín Beneito y Fernando Daumas, ambos con una amplia experiencia en el rubro, están frente a este proyecto que nació hace más de 16 años en la zona gastronómica de Olavarría. Su objetivo es claro. Quieren ofrecerle a su “público” una experiencia elegante, cuidada y cálida. Que ir a Casa Mandinga te haga sentirte como en casa, pero sin perder la alta calidad que se encuentra en un restaurante premium. El enfoque principal es la carne, aunque también se le otorga cierto grado de protagonismo a los detalles gastronomique. “Queremos traer una propuesta superadora. Ir más allá. Dar un valor agregado y contarles una experiencia a nuestros clientes”, nos cuenta Beneito.
Casa Mandinga tiene algunos gestos que hacen de la experiencia algo mucho más placentero. Por ejemplo, un personal cercano y atento, que se anticipa a tus peticiones. Tampoco podemos dejar de nombrar los ganchos que tienen en diferentes lugares del local para colgar abrigos y bolsos. Como si ingresaras a la casa de un amigo y te pusieras cómodo antes de probar una suculenta cena. La ambientación es cercana y te hace sentir cómodo desde el primer momento, con amplitud en las mesas. De hecho, algunas mesas para dos tienen una mesa adicional al costado para ganar espacio al colocar la carne.



El aspecto clave del restaurante es su horno Josper (en el que se utiliza leña), donde se hacen la mayoría de los platos que ofrecen, incluyendo los de verdura. Ahí es donde ocurre la magia. Cabe destacar que este tipo de horno es muy utilizado en Europa y las mejores cocinas del mundo. No resulta tan común visualizarlo en cocinas argentinas. Cocina con brasas, sella en producto por ambos lados, realza los jugos y brinda un toque ahumado que te lleva al cielo. La meta es clara: sorprender, sorprender y sorprender.
¿Qué se come en Casa Mandinga?
No nos cansaremos de decirlo. La joya de la Corona de Casa Mandinga es su materia prima. Usan novillo de raza Angus, alimentado durante dos años, cuyo destino generalmente es la exportación. O sea, que es posible disfrutar de productos y formas de cocinar que muchos van a buscar al exterior. Esto convierte Mar del Plata en un destino aún más atractivo para residentes y turistas. Si querés pedir una entrada apetitosa para ir “entrando en calor”, recomendamos sus mollejas crocantes al JOSPER con Limones quemados, un 10. Aunque también deslumbran su empanada de Osobuco braseado y morcilla Casa Mandinga, entre otras.



Los cortes de carne de su carta (que podés ver completa ici) son un espectáculo. Te los sirven en la mesa y, mientras el olor del humo entra por tu nariz, podés ver cómo su personal prepara los primeros trozos para deleitarlo. Cuenta con cortes clásicos (como matambrito de Cerdo Marinado o bife de Cuadril Angus) y otros difíciles de encontrar como ceja de ojo de bife, penca de vacío o rack de cordero, todos por supuesto cocinados al Josper.
La cata también tiene vegetales al Josper, arroces, provoletas y un risotto vegetariano. La vaca es otra de las razones para perderse en los placeres de Casa Mandinga. Tiene tanto vinos jóvenes como etiquetas añejas (pasándose incluso del año 1999), por lo que el maridaje es una parte intrínseca de la experiencia Casa Mandinga. Para cerrar un encuentro culinario sublime, no pueden faltar las notas dulces. El panqueque quemado con dulce de leche Chimbote y helado de sambayón es pura vida y el mousse de Cholate Blanco coulis de frutos rojos y pistachos una tentación fatal.
El Jardín, un espacio mágico
El jardín es uno de los espacios más bonitos, con una atmósfera única. Durante los meses de verano, es un enclave lleno de vida que si no conocés te anima a hacerlo. Quienes pasan por allá quedan prendados de sus pop-ups, fuegos prendidos, bandas en vivo y propuestas semanales especiales. Un lugar tan espectacular es el rincón perfecto para celebrar momentos especiales como casamientos, cumpleaños o celebraciones corporativos. Es posible reservar Casa Mandinga para hacer de cada instante un recuerdo memorable.



Por su cercanía a la playa, Mar del Plata es una ciudad tradicionalmente asociada al mar a nivel culinario, pero Casa Mandinga está reinterpretando ese concepto. Su propuesta de carne de primera calidad en un ambiente selecto está ganando popularidad (y fidelidad) por momentos. “Tratamos de estar a la altura y la vanguardia de lo que hoy es Mar del Plata gastronómicamente hablando. Queremos levantar la vara para que Mar del Plata siga siendo una opción para marplatenses y la gente que viene del interior y exterior del país”, confiesa Joaquín Beneito. Es un rotundo “sí” para todos los que quieren deleitarse en productos locales y un sabor que se impregna en el alma. Gracias Casa Mandinga por enseñarnos una nueva forma de disfrutar de la carne.
Dirección: Carlos Pellegrini 2699.
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